La paleta de colores es tan variada como lo permita la imaginación
Es biodegradable, elaborado con elementos vegetales, sin colorantes artificiales, de tonos neutros y cálidos. El material es reciclable, siguiendo un ciclo biológico.
Siendo más económico que el vinílico, es una buena alternativa cuando tienes un presupuesto limitado.
Viene con una capa relativamente gruesa y a través de presión se repuja un relieve en el papel. Generalmente se estampa sin tinta, arriba de papel con tonos blancos o neutros, creando imágenes que por influencia de la luz producen relieves. Se necesita usar pegamento de celulosa. No es lavable, por lo que se recomienda colocar en ambientes de poca circulación.
Papel súper elegante y poco común
Imitan piedra, hormigón, ladrillo, mármol y pizarra. Son originales y algunos tridimensionales
La cantidad de especies florales que existen de estos papeles es amplia, siendo las más demandadas, rosas, margaritas, lirios y girasoles
Los motivos florales son quizá los más frecuentes en los papeles pintados
En el siglo XX abundaban los papeles con motivos florales y no fue hasta 1930 que se elaboraron diseños geométricos. Más tarde, entre los años 1960 y 1970, se produjo una mayor cantidad de diseños y colores.
En los tiempos actuales, es impresionante todo lo que puedes conseguir en papeles pintados
En los años 50 se diseñaron papeles con estampados florales, orgánicos y diversos tonos tanto neutros como cálidos. Ya en los 60, con la moda hippie, se crearon modelos sugeridos por el Op Art., con colores luminosos y más llamativos. Aunque en los 70, aún seguía el movimiento hippie en Europa, surgió la era Flower Power, con diseños geométricos a gran escala y colores muy vivos.
Hay aspectos importantes a tomar en cuenta al elegir papeles pintados, entre ellos:
Generalmente se empapelan una o dos paredes, en función de los muebles de la habitación. Usar tonos suaves que permitan relajarse
Históricamente se afirma que este tipo de papel se diseñó por primera vez en Oriente y de allí se llevó a Europa en el siglo XVII. Gracias a la revolución industrial y al avance en los procesos productivos, alcanzó gran popularidad, siendo el año 1970, donde tuvo más demanda.
Los efectos metálicos crean una impresión de movimiento de acuerdo a la incidencia de la luz, lo que produce ilusión de espacios más grandes, y acentuaciones de detalles del diseño.
Todo esto dio pie a que en los 80 la moda fuera combinar y mezclar